Te invade una sensación un tanto extraña, a caballo entre la tranquilidad y la impaciencia, impaciencia de disfrutar más, saborear más y no puedes parar de sentirlo todo a un nivel extremo, el aire sopla con más fuerza, el mar huele mucho más intenso y la música se cuela en tus oídos con una fluidez que te llega hasta la garganta y te inunda el pecho, incluso, en ocasiones, sube por tus fosas nasales haciendo que alguna que otra lagrimilla brote de emoción, recorra tu mejilla y se pare justo en la comisura de los labios.
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huele a freak por aki, no crees?
ResponderEliminarpor cierto, fotos interesates ;), molan
Se salen esas fotos de larga exposición :-)
ResponderEliminarEntiendo perfectamente esa sensación.